Su indumentaria es totalmente Ibérica. Lleva una túnica blanca, mantilla sostenida por una peineta (que puede parecer una tiara), que cae atravesada sobre el pecho. Esta mantilla era rojiza y en ella aún quedan restos de pintura gastados. Sobre la mantilla, un gran manto (albornoz) de tela gruesa y pesante la encadenaba. Era de color azul. Los labios conservan también restos de su color rosa. Está hecha de caliza fina, naranja y la cara tiene el color natural de esta piedra, probable color natural de su tez o machado de cuevas. Sigue leyendo