Escultura de Eros y Psique.

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Nos encontramos ante la escultura de Eros y Psique, de Antonio Canova, realizada entre los años 1787-1793, ubicada en el Museo del Louvre, en París. Esta obra presenta un tema escultórico compuesto por dos figuras, “Eros y Psique”, obra que pertenece al  Neoclasicismo. Gracias a los grandes descrubrimientos de finales del siglo XVIII y comienzos del del XIX la escultura empezó a recuperar las formas y los temas de la Antigüedad clásica, especialmente del arte griego. La cultura del período estuvo marcada por un fuerte academicismo relacionado con la Ilustración. Así, Canova se formó en Roma y estudió con los textos del teórico Winckelmann. 

Canova fue un pintor y escultor italiano del Neoclasicismo. En sus obras plasmó la influencia del arte griego del siglo V a.C. visto a través de la obra de Donatello y Miguel Ángel, ya que él no alcanzó a ver las esculturas del Partenón. Entre sus obras sobresale el grupo de Eros y Psique, cuya disposición enlaza las dos figuras en una compleja estructura con forma de aspa, en la que además destacan la suavidad y perfección de su modelado. A partir de 1802 trabajó en París, donde realizó retratos de Napoleón y su familia representados como personajes de la Antigüedad, como es el caso de Napoleón como Marte pacificador.

En esta escultura, de 1793, se pone  de manifiesto las “nuevas” tendencias en el arte: la regresión hacia los ideales clásicos. Así nació el Neoclasicismo, exaltando los grandes valores plásticos griegos, que consideraban  su punto de referencia ante su perfección. Asimismo, rechazaron lo propio de épocas anteriores como el Barroco y el Rococó. Podría decirse que se diferencia del Renacimiento, que también regresa a la Antigüedad Clásica, pero el Neoclasicismo se centra más en Grecia, y no aporta nuevos elementos e ideas, si no que combina el ideario clásico con elementos nuevos de cara a Grecia y Roma clásicas, como fue el uso de la cúpula.

La obra de bulto redondo y cerrada,presenta el mito de Eros y Psique de la mitología grecorromana, en el momento en que Eros se inclina para besar a Psique, es decir, cuando van a unirse lo divino y lo humano. La composición se estructura en diagonales cruzadas semidesnudas, cubiertas por paños o por el cuerpo del otro personaje y, a pesar de la acción, sus rostros son serenos al modo del clasicismo griego. El material utilizado es mármol esculpido. El punto de vista, aunque pueda verse desde varios puntos diferentes (de lado, trasero y frontal) es único. En cuanto a la relación con la realidad la obra es idealizada, puesto que trata de figuras mitológicas.

El tema  es mitológico y como se ha mencionado antes, corresponde a la leyenda de Eros y Psique, cuando Eros se disponía a besar a Psique, y de esta manera, despertarla del sueño que le provocaron los vapores desprendidos de un jarrón que le dio Perséfone, diosa de los muertos. Eros es el Dios del Amor, mientras que Psique (alma en griego) es la personificación del alma.

A pesar de lo sugerente de la escena, los abrazos y las miradas, así como los cuerpo semicubiertos, mezclan la sensación de amor puro con el deseo. El momento, previo a la acción, concentra una gran tensión al modo de las obras barrocas, pero contenidas en una estética griega clásica, comprobando el interés por el regreso a la Antigüedad no solo en la temática sino también en la estética. El Neoclasicismo se desarrolló en la cultura enciclopedista del momento, fruto de la Ilustración, que consideraba que el arte debía contribuir a la educación de la sociedad, por lo que la moralidad del arte griego y su pureza, se resaltan frente al rocoso, al que consideraban un arte licencioso y frívolo.

Cabe destacar la simetría de la escultura. Las alas de Eros forman una simetría en forma de  cruz junto con los brazos de Psique que rodean el cuello de Eros, formando así una simetría circular.

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