Los niños de la concha

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La obra es un óleo sobre lienzo, realizado hacia el año 1670 por Bartolomé Esteban Murillo. Pertenece a la pintura barroca andaluza, y se halla actualmente expuesta en el Museo del Prado en Madrid.

La pintura refleja el momento en el cual Niño Jesús da de beber agua con una concha a su primo San Juan Bautista. Estos dos personajes son los protagonistas del cuadro, y ocupan casi todo el lienzo. Además, en la parte superior de la obra hallamos a tres ángeles niños que observan la escena. Éstos presentan el recurso llamado “rompimiento de gloria”, que es la representación del plano espiritual sobre el terrenal, todo ello enmarcado en una perspectiva fingida. Murillo trató de representar el bautismo de Jesús a orillas del río Jordán, pero con figuras infantiles llenas de gracia y ternura, los denominados “niños divinos”. Encontramos un elevado nivel de idealización en los personajes. La composición está realizada en un triángulo, con la cabeza de Jesús en el vértice superior de éste. El cordero y el bastón de San Juan Bautista refuerzan las diagonales. En éste último se puede leer la frase “Ecce Agnus Dei”, que son las palabras de San Juan Bautista que aluden a la condición de Cristo como cordero de Dios. La pintura, como muchas otras de Murillo, se encuentra envuelta por una niebla o bruma conocida como “efecto vaporoso”, muy común en las obras de sus últimos años. La gama cromática de esta composición es oscura, y los personajes son elegantes y frágiles. La función de la obra es decorativa y religiosa. En el fondo apreciamos algunos arbustos de color verde oscuro que apenas se distinguen entre sí, dejando todo el protagonismo a los tres ángeles, a Jesús y a San Juan Bautista, y al cordero. El cielo es azul grisáceo oscuro, y de él resaltan los tres angelitos, quienes están cubiertos por la bruma.

Bartolomé Esteban Murillo perteneció a la escuela de pintura barroca andaluza, al haber nacido en Sevilla. Se adaptó al gusto de la época, plasmando una religiosidad familiar y tierna, siendo su mayor preocupación el colorido de sus obras. En su juventud comenzó iniciándose en el tenebrismo, pero en las décadas siguientes sus pinturas denotaron ternura, intimidad y misticismo.

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