Piedad.

fernando_gallego-piedad-prado

Estamos ante el cuadro denominado «Piedad» de Fernando Gallego, realizado en 1470, y ubicado en el Museo Nacional del Prado (Madrid). La Piedad pertenece a la pintura gótica en España, concretamente a la pintura flamenca.

Al igual que sucedía en el resto de Europa, los soportes donde se llevaron a cabo las principales pinturas góticas de este período fueron los dípticos, trípticos, polípticos y los grandes retablos rígidos. La técnica más usada fue el temple, hasta la introducción del óleo con la pintura flamenca. El estilo flamenco, en el siglo XV, tuvo un amplio desarrollo en España, surgiendo escuelas de pintura flamenca en Cataluña, Aragón y Castilla.

En Castilla, la figura fundamental fue Fernando Gallego, quien, renunciando a los fondos dorados, dio entrada al paisaje. Sus personajes muestran un marcado sentido trágico, como podemos ver en su Piedad, en la que el autor toma como modelo la obra de Van der Weyden. En esta tabla, la Virgen se abraza a Cristo en un gesto de alto dramatismo.

La técnica pictórica empleada y el tipo de soporte de esta obra es óleo sobre lienzo. Observamos que los colores predominantes son los cálidos,  tanto por las túnicas de las figuras, como por el verde del paisaje, como el cielo de color azul oscuro. El foco de luz  vendría a ser Cristo, ya que es la única figura pintada con un color frío. De esta obra destaca  el tipo de perspectiva, ya que se trata de una lineal. Se observa a lo lejos el pueblo, más cerca las montañas,y en el centro con un tamaño más grande, para dar mayor importancia, las figuras de Cristo y de la Virgen. El punto de vista es alto, con una composición cerrada. Y por último podemos ver que  el tema del que trata la obra es religioso.

Piedad es el nombre que se le adjudica a una escena particular: la Virgen María abrazando a su hijo muerto, al pie de la cruz, sin otros personajes de la historia bíblica. Esa es la escena que nos presenta Fernando Gallego. Se trata de una visión sobrecogedora, en la que María aproxíma su rostro amorosamente al rostro cadavérico de Cristo, inánime en sus brazos, cubierto tan sólo con el paño de pudor y conmovedor en su desnudez, tomando como fuente las «Meditaciones» de san Buenaventura. La Virgen lleva una túnica roja cubierta por un pesado manto; ambos se pliegan y quiebran angulosamente, casi con paroxismo, acentuando el dramatismo crispado de la escena. Esta intensidad no se refleja en sangre, heridas ni otros elementos agresivos, sino en la fuerza de la expresión. Era ésta una de las más preciadas características de la pintura hispanoflamenca.

Los personajes están en el monte Calvario, al pie de una cruz en forma de T, en mitad de un árido paisaje nórdico, que el autor pudo haber copiado de modelos directos flamencos. Junto a los protagonistas de la escena, Fernando Gallego ha representado a los donantes de la tabla, un matrimonio que aparecen de menor tamaño, puesto que su importancia jerárquica en la escena es menor. El marido entona el «Miserere Mei. Domine». Estas figuras de los donantes recuerdan aún al estilo internacional así como a trabajos de Dirck Bouts.

Deja un comentario